martes, 10 de febrero de 2009

UTOPISTAS DE LOS 60

En los años 60 el pensamiento utopista, tan vinculado a la modernidad, produce una serie de proyectos de ambientes urbanos y de arquitectura que se proponen como los nuevos transformadores de la ciudad.

METABOLISTAS JAPONESES

Aparece la búsqueda de un método de análisis del desarrollo urbano, basado en los procesos de cambio. Se requiere un sistema que pueda ser ejecutado desde el presente hasta el futuro más remoto y debe tener una coherencia total, de la ciudad a la unidad de habitación.
La diversidad del sistema parte de cuatro principios básicos:

1. el gigantismo del sistema urbano, concebido a escala inter-metropolitana. Hay un cambio sustancial en la escala demográfica con respecto a los planteos occidentales. La escala manejada es la de una metrópolis oriental con muchos millones de habitantes.
2. el naturalismo, con referencias a los procesos biológicos y al mecanismo de las células orgánicas.
3. la aplicación de la ingeniería hidráulica, al prever la ubicación en mares y bahías.
4. el utopismo social, que elude la existencia de clases y del sistema capitalista.

En Japón, el Grupo Metabolista (cambio, renovación, transformación en ciclos) realiza como gran proyecto el Plan para la Bahía de Tokio, en 1960 por Kenzo Tange.
Tokio es una ciudad que se mantiene unida gracias a un complejo sistema de comunicaciones. La población tendía a diseminarse en el extrarradio en la búsqueda de viviendas y solares más económicos.
Tange propone el cambio de la estructura radial por una estructura lineal. Básicamente se trata de un esquema de racimo atravesando la Bahía de Tokio, para ser desarrollado en cuatro etapas.
El plan de Tokio se divide en cinco grandes puntos:

1. Eje Comunal: tiene origen en el centro de la metrópolis actual y se extiende a lo largo de la bahía. La propuesta consistía en un eje de carácter terciario (oficinas, comercios, etc.), rodeado por autopistas de distintas velocidades superpuestas en tres niveles.
Las autopistas estarían elevadas de 40 a 50 metros y los primeros puntos de intersección se encontrarían a nivel del suelo.
Para el transporte público masivo se ha propuesto un mono-carril. Es una inmensa cinta sin fin que transportará a la gente diariamente a la ciudad. Las estaciones tienen una escala y un ordenamiento espacial de acuerdo al flujo variable de los vehículos.
Este sistema de transporte cíclico unificará el sistema urbano con las vías de comunicación y con la arquitectura: desde las autopistas a las zonas de aparcamiento y desde allí a los edificios.
En cada anillo deberán existir edificios administrativos con capacidad de 100.000 personas. Esta solución permitirá reemplazar el antiguo sistema de zonas por un planteamiento espacial organizado.
Los edificios de oficinas son soportados por núcleos verticales, cuya altura oscila entre 150 y los 200 metros. Los núcleos no actúan sólo como soportes de los edificios, también funcionan como arterias de circulación.
También en cada anillo se construirán auditorios, zonas comerciales, plazas de distintos tamaños y calles peatonales para realizar reuniones.

2. Zona Residencial: parte de las zonas residenciales se construirán sobre el suelo y parte se realizaría sobre plataformas, soportadas por pilotis hincados en el fondo del mar.
Se haría llenando de arena mediante el uso de bombas, para ganar tierras al mar. En las plataformas de hormigón se encuentran los conductos de gas, agua y electricidad.
En las dos últimas etapas se agregarían las espinas de vivienda, formadas por grandes construcciones de entre 100 y 200 metros de altura, para unos 100.000 habitantes cada una.
Las residencias se comunicarían a calles que cortan perpendicularmente el eje comunal.

3. Transporte Inter-Urbano e Internacional: se construirá una estación de metro, unida con las demás líneas, un puerto y un aeropuerto.

4. zonas industriales: para estas instalaciones se deberán construir nuevas redes de transporte para evitar más congestionamientos y no se comunicarán las vías industriales con las de la ciudad.

5. plan para la zona urbana existente: la actual zona urbana centrípeta deberá ser reemplazada por una estructura lineal. Se cambia la estructura cerrada por una organización abierta.

Lo novedoso del planteo no esta en la forma urbana o en el aprovechamiento técnico sino en el carácter exclusivamente terciario de la ciudad y en la escala de millones de habitantes que agruparían las unidades residenciales. Estos dos aspectos, tercerización y gran escala lo ubican en el camino de la concepción de la metrópolis:

1. la ampliación ya no es una ciudad industrial, sino que está basada en las actividades terciarias más propias de una ciudad oriental avanzada, que se empezaba a formar en la década de los 60. No es objeto de estudio la ciudad industrial en la cual se había centrado el Movimiento Moderno.
2. Tanto la densidad poblacional como las actividades terciarias se relacionan con los temas metropolitanos contemporáneos complejos e inestables, que en aquellos años los Metabolistas todavía se proponen ordenar, pero con la convicción de que tal orden era flexible.

Otro planteo realizado en los 60 fue el de la Ciudad Marina de Kikutake, construida en 1975 como un hábitat experimental costero, denominado Aquapolis.
Consistía en cuatro grandes pilares antisísmicos, adaptados al fondo del mar, en los cuales se apoya una plataforma de 20 metros de alto. Se construyó un laboratorio de estudios meteorológicos y marinos, a la vez centro de demostraciones, en el cual se explica cómo plataformas de este tipo pueden adaptarse para vivienda.
El modelo a escala de la demostración puede cerrarse herméticamente y sumergirse en el mar.

En la elaboración de mega-proyectos, el Grupo Metabolista tiene la tendencia a considerar el problema de la escasez de terreno como un disparador.

Isozaki desarrolla los Racimos en el Aire. Consisten en grandes estructuras con un núcleo central y extensiones horizontales que aumentan de tamaño de abajo hacía arriba. El intento de aprovechar las alturas, al menos como propuesta teórica, esta relacionado con uno de los problemas centrales de Japón como es la falta de espacio ante una población creciente.
De ahí que muchas veces lo que empieza siendo un planteo teórico y hasta utópico termina llevándose a la práctica con más o menos variantes. De estos racimos en el aire se genera la idea que lleva al diseño de las torres Nagakín en Tokio del arquitecto Kurokuawa.
En los años 70 Kurokawa realiza en Japón las Torres Nagakin, constituidas por unidades de habitación transitorias modulares, enganchadas en una estructura central.

Planteos utópicos en EE.UU.

En Estados Unidos, Yonna Friedman desarrolla la idea de un ambiente continuo separado del suelo, al cual llama Ciudad Espacial.
Se sustenta en el aprovechamiento de la alta tecnología, que permitiría generar espacios libres que los grupos y los individuos podían modificar según sus necesidades cambiantes.
Concebía esta estructura como la instancia intermedia entre una arquitectura inmóvil del pasado y otra arquitectura del futuro que todavía no existía y que pensaba flexible a esa posibilidad de cambiar (la va a llamar Movilidad).
Para Friedman la estructura de la Ciudad Espacial era provisoria porque permitiría la formación de una nueva sociedad del fututo, abierta y móvil, conceptos que ligan esta propuesta con las aspiraciones del Movimiento Moderno.
Se materializa como una retícula separada del suelo por pilares y dejando por debajo de ella las antiguas ciudades y la naturaleza. Al ser una estructura aérea, sin rozamiento, podía crecer y cambiar en cualquier dirección.
Estos conceptos de la ciudad espacial reaparecen en algunos planteos de los 90 como Berlín Zentrum de Herzog – de Meuron, donde la intervención que proponen es de edificios transparentes que solo cobran existencia cuando se les da uso. También con Lebbeus Woods y sus zonas libres donde el espacio se hace a medida que el usuario actúa en él.

Archigram

El grupo Archigram se forma con estudiantes y arquitectos jóvenes de Inglaterra, de las escuelas de la Architectural Asociation (AA) y se vincula a los movimientos juveniles de los años 60s y a la vertiente inglesa del Arte Pop.
Postulan una ruptura radical con todo el pasado, incluso con su contemporáneo el Team X, porque consideran que todavía se mantienen vinculados a valores y concepciones estéticas que no incluían las aceleradas transformaciones tecnológicas y culturales que en esa década se daban.
Van a proclamar la muerte de la ciudad y la muerte de la arquitectura. Estas ideas se refieren a una transformación cualitativa de los emplazamientos urbanos y una necesaria transformación de la arquitectura para adecuarse a esta transformación, que no puede ser abarcada por las nociones tradicionales de ciudad como un organismo estable y mensurable y de una arquitectura esencialmente estática.
La nueva sociedad de consumo, que en los 60 alcanza también a Europa Occidental, ha hecho que la ciudad y la arquitectura se conviertan también en objetos consumibles que se agotan y se regeneran de manera permanente.
Nuevas demandas, técnicas y formas de vida hacen obsoletos a los paradigmas urbanísticos y arquitectónicos del Movimiento Moderno.
Van a diseñar elementos móviles, flexibles y transformables, que parten de la escala individual, como Cuishicle y el Suitatloon (módulo inflable como sobre de dormir). Consisten en unos habitat móviles que se transportan con el individuo, lo cual significa una permanente movilidad.
Son arquitecturas experimentales para un modo de vida no estandarizado, que se vale para el diseño de técnicas y materiales no arquitectónicos como el caucho y el plástico (muy difundido en esa época).
A gran escala, la Walking City es un proyecto de un ambiente urbano que puede desplazarse, aprovechando las más avanzadas tecnologías, para un mundo post-atómico, en una de las hipótesis catastrofistas más típicas de la época, por lo cual los sobrevivientes necesitarían moverse por el planeta buscando los recursos que pudiera haber.
La imagen más difundida de estas máquinas –ciudad aproximándose a Nueva York- no implica la amenaza tecnológica, como muchas veces se lo mal interpretó, sino una metáfora sobre la muerte de la ciudad tal como se la había conocido.

Otras propuestas de Archigram jugaron con el carácter efímero de los asentamientos, como la Instant City, que consistía en una concentración de entretenimientos electrónicos (discotecas, escenarios, pantallas, comidas rápidas, etc.) que podían desplegarse en cualquier lugar, lo mismo rural que urbano, centro histórico o periferia y recogerse rápidamente para trasladarse a otro lugar. Lo definían como una versión nómada de Woodstock.

El proyecto de mayor escala fue la Plug in City. Este proyecto para una ciudad enchufable se procesa dentro de una escala metropolitana, organizada mediante gigantescas estructuras que se ensamblan a torres de circulación y servicios.
Es una estructura urbana sin determinación a priori, que puede transformarse y cambiar de manera muy rápida y flexible, como otros proyectos de Archigram.
Las tecnologías más avanzadas de su momento como la computación, la electrónica y la aeroespacial son la base a partir de la cual se realiza la propuesta.

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