LE CORBUSIER

A los 17 años de edad realiza en Suiza una casa en Cheau Du Fonts y por ese trabajo gana una beca y se va a Alemania a trabajar con Bherens. Luego va a París a estudiar diseño en la Beaux Arts en la cátedra de Perrault.
Desarrolla sus ideas urbanísticas a partir del diseño de la Unidad Citrohân en 1920. Esta unidad contiene todos los elementos de la tipología de vivienda urbana desde la cual se genera la nueva ciudad:

· sala de doble altura que se divide en dos disponiéndose por debajo los servicios y por encima los dormitorios
· fachada vidriada al frente
· un espacio al aire libre particular para cada vivienda.

Cuando esta unidad necesita ser agrupada en los edificios que para él debían conformar el nuevo tejido, el espacio libre pasa a situarse a un lado de la sala, tal como lo concreto en el Pabellón del Espíritu Nuevo, construido para la Exposición de las Artes Decorativas realizada en París en 1925.
Después de la Segunda Guerra Mundial (1946) consigue construir una pieza en la ciudad nueva: la Unidad de Habitación de Marsella, ahí mantiene todas las características. El bloque se levanta hasta los 12 pisos, excluida la plata baja y la terraza de la cubierta y tiene una sección curiosamente trabada. Cada apartamento posee una sala de estar de doble altura con una terraza y una zona inferior que cruza hasta las galerías pequeñas del lado opuesto.
Hay 33 tipos diferentes de apartamentos, abarcando toda la gama desde el individuo aislado hasta la familia de cuatro niños.
El espacio de los Brise Soleil es la manera de obtener en este caso el espacio libre particular de cada uno (para él la vivienda de interés social es urbanismo y por ende es rígido). En verano, las profundas células de los brise-soleil están cortados por sombras y el hormigón toma el color de los alrededores.
Los elementos de cada apartamento están normalizados y es su combinación lo que varía. Las unidades prefabricadas se acoplan en el entramado general de la armazón estructural del edificio como botellas de vino en una estantería.
Pero el resultado estético no es repetitivo ni cargado, se evita la banalidad y se conserva la unidad gracias a una razonable atención a la proporción, el ritmo, la escala humana y al control escultórico de la masa.
Los colosales pilotis definen un espacio cubierto por el bloque y crean una zona de sombras en la que parece descansar los volúmenes totalmente iluminados.
Las principales líneas verticales están creadas por las torres de ascensores, servicios y escaleras y por los muros de cierre de los extremos del bloque.
Una calle interior que contiene tiendas, un restaurante, e incluso un hotel, se manifiesta a media altura como una hendidura acristalada de mayor transparencia.
La terraza de la cubierta superior se distingue por una serie de objetos escultóricos: el bloque del gimnasio, la guardería, la pista de carreras, la piscina y la extravagante forma de la chimenea de ventilación, versión hueca de los pilotis inferiores que recuerdan con su tono surrealista al paisaje de chimeneas de Gaudí y hace que esta terraza esté en rima con las colinas de la lejanía.
La Unidad como conjunto es una síntesis de la imaginación social y formal, de cualidades abstractas y materiales, todo regulado por la abstracción numérica del Modulor.
La Unidad concluye el ciclo de la tendencia racionalista y abre el de la poética de las grandes dimensiones, de la arquitectura más adecuada a la actual cultura de masas.

A mediados de la década del ´20, Le Corbusier desarrolla su primer modelo urbanístico que fue la Ciudad Contemporánea para 3.000.000 de habitantes. Este diseño se considera metropolitano porque en esa época 3 millones de habitantes era la máxima cifra que podía cubrirse con los servicios básicos.
Le Corbusier creía en la necesidad de ordenar las grandes ciudades y fundamenta este modelo ideal diciendo que el gran problema era la falta de geometría, y que dándole geometría a los planos urbanos se incidiría directamente en la calidad moral de los habitantes. De acuerdo con tal pensamiento diseña un modelo centralizado, geometrizado y jerarquizado.
El núcleo se compone de 24 rascacielos y una estación de transporte.
Los rascacielos, de más de 200 metros de altura, completamente vidriados, corresponden al esquema de planta de cruz griega y secciones transversales en los brazos. Estos rascacielos debían contener la administración y parte de la población, una elite de tecnócratas y gobernantes en el orden de los 300.000, de acuerdo a las ideas de Saint Simón (socialista utópico del S. XIX). La Estación de Comunicaciones se compone de 3 niveles subterráneos para ferrocarriles, un nivel superficial de servicios para los pasajeros, cubierto por una gran losa, en la cual se cruzarían las 2 autopistas principales y habría un aeropuerto para taxis aéreos. Esta estación sería en términos contemporáneos un verdadero intercambiador modal.
Alrededor del centro se dispone una primera zona de viviendas que queda inscripta dentro de una figura que notoriamente evoca la Sforzinda de Filarette, la más prestigiosa de las ciudades ideales del Renacimiento. Como en aquella, el centro de la ciudad interpretaba un nuevo modo de representar el poder.
Ese primer sector de viviendas tendría un tejido conformado por inmuebles villa continuos formando cruces y rectángulos y por fuera de ese sector se ubican los inmuebles villa rectangulares exentos. A un lado del centro se dispone el equipamiento colectivo de la ciudad junto a un parque vinculado a una zona deportiva y una ciudad satélite para la educación. En dirección opuesta, separada del plano, estaría la zona industrial servida por los medios de transporte.

En 1925 en ocasión de la Exposición de Artes Decorativas de París, Le Corbusier propone la aplicación en París de su Ciudad para 3.000.000 de habitantes, en lo que sería el Plan Voisin.
El plan se centraba en unos cuantos kilómetros cuadrados de París, al norte del Sena.
En esa propuesta se consideraba la eliminación del tejido del área central, que sería sustituido por espacios verdes e inmuebles villa. Se preservaban algunos monumentos como la Catedral de Notre Dame, la Plaza Véndome o la Iglesia de La Magdalena, todos rodeados de espacios verdes.
Del lado derecho del Sena, en la zona de la calle Rivoli, pone los rascacielos con forma de cruz. Dos grandes autopistas en diagonal confluían en el centro del área re-urbanizada.
Su programa simplista contaba con problemas de escala, Notre-Dame quedaría insignificante pese a que estaba a más de un kilómetro de distancia.
Esta radical transformación suponía crear una ciudad más higiénica y eficiente. Su obsesión sanitaria de destruir la vieja calle-corredor subestimaba su papel como institución social.

En 1931 revisa el modelo de la Ciudad para 3.000.000 de habitantes y con los mismos fundamentos propone la Ciudad Radiante. Fue presentada en el CIAM Nº 3 de Bruselas y es una versión actualizada de la Ciudad Contemporánea.
El modelo cerrado se convierte en abierto, organizado en franjas funcionales horizontales que pueden crecer hacia ambos lados libremente. Este nuevo modelo dispone los elementos en franjas que podrían crecer hacia los lados sin interferir una función a la otra y habilitaba el desarrollo en la ciudad, que en principio no parecía tener alguna limitación.
La nueva distribución de zonas va a tener un núcleo o centro direccional con 16 rascacielos, con la estación de comunicaciones a su lado.
A continuación una franja con los equipamientos colectivos en el centro, y los inmuebles villa continuos a los lados.
La siguiente franja es una zona verde destinada a edificaciones especiales como grandes hoteles o embajadas. Por último otra zona verde con un carácter aislante, tras la cual se ubica la zona industrial dividida en industria liviana y pesada.
La Ciudad Radiante significa con respecto a la Ciudad para 3 Millones una evolución hacia un modelo dinámico y democrático pero también, dentro de su rigidez funcional, con algún eventual grado de indeterminación.

Este modelo también lo aplica en París con el Segundo Plan Voisin. La operación es semejante al Primer Plan pero los inmuebles villa se proponen como formas mas libres y los rascacielos en cruz son sustituidos por rascacielos en forma de pata de gallina (Y).
También a comienzos de la década de 1930 realiza el Primer Plan para Argel, descartando la ciudad histórica y colocando dentro del mar, junto al puerto, 2 edificios administrativos definidos como pantallas vidriadas.
Afuera de la ciudad y sobre las colinas, ubica un conjunto de inmuebles villa con formas curvas. Ambos sectores están unidos por una autopista que va desde el techo de los edificios administrativos hasta las colinas.
Lo más novedoso de esta propuesta es el gran edificio costero que concentra dentro de sí mismo a la ciudad. Este mega-edificio puede considerarse lo que el llamaba rasca-mares, mas adecuados para ciudades costeras que los rascacielos, que en su opinión debían utilizarse en ciudades mediterráneas.
El edificio consiste en una estructura de hormigón dentro de la cual, en distintos niveles se distribuyen los componentes tradicionales de la ciudad: viviendas, equipamientos, plazas y vías de tránsito. Todo el techo del edificio sería una autopista.
En términos del análisis tradicional, este proyecto podría leerse simplemente como una revisión de la tipología del inmueble villa, llevada a una escala mucho mayor de lo común, para aprovechar las cualidades paisajísticas de la costa. Pero en una lectura más contemporánea esta propuesta puede verse como una estructura básica con estabilidad, que podría admitir en su interior los más diversos cambios manteniendo siempre un grado básico de orden. Es una idea cercana a la de los Contenedores Híbridos de los territorios metropolitanos contemporáneos.

Chandigarh se realiza a comienzos de los ´50 para servir de capital a uno de los Estados de la Federación India, siguiendo el modelo de la Ciudad Radiante.
La ciudad estaba prevista para 150.000 habitantes, cifra que pedía crecer hasta 500.000, de los que alrededor de una tercera parte serían empleados administrativos. El Estado construiría los edificios públicos y las casas para estos empleados.
La ciudad se organizaba según los principios de la rigurosa separación de las funciones.
La cabeza de la ciudad es el Capitolio, constituido por el Parlamento, la Gobernación y la Alta Corte Provincial. Un eje principal enlaza el Capitolio con el resto de la ciudad.
Los edificios administrativos: el Palacio del Gobernador, el Parlamento, El Secretariado y el Tribunal de Justicia están reagrupados fuera de la ciudad, en una explanada artificialmente variada con desniveles, estanques, jardines y figuras simbólicas. Es una estructura escultórica.
En el Parlamento, la concepción de este organismo es de claridad excepcional. En la planta baja, un espacio cuadrado está rodeado por los cuerpos de oficinas. El cuarto lado está representado por el cuerpo aporticado por grandes elementos en láminas, que elevan la cubierta curvada hacia arriba.
El Secretariado es un organismo más sencillo y convencional, en el cual las variaciones de la estructura y de la distribución interior no interrumpen el volumen compacto. El cuerpo de las rampas y el bloque de los gabinetes se insertan en la extensión continua de los brise-soleil.
El movimiento del público entre los diversos niveles se logra con un doble cuerpo de rampas que hace continuo el espacio de los recorridos internos. La calibración dimensional se ha obtenido con el sistema modular.
Los tribunales de justicias están protegidos por una amplia cubierta ondulada, bajo la cual penetran libremente el aire y la luz, llegando a todas las partes de la estructura.
En sus huecos se articulan al aire libre los recorridos horizontales y verticales, unidos por rampas de suaves pendientes, mientras que los tabiques de cristal de salas y oficinas están protegidos por un elaborado brise-soleil, que devuelve a escala humana las imponentes dimensiones del esqueleto principal.
Este cuadro arquitectónico queda audazmente cerrado por los muros ciegos en los dos costados, de tal forma que el edificio surge como un bloque compacto.
El Congreso es de hormigón armado, reflejando un carácter de organismo cósmico, de gran mirador del espacio y de gran receptor de ideas.
Le Corbusier incluye la Plaza de la mano abierta y Fosa de la consideración. Este monumento quiere simbolizar los vaivenes de la opinión en una sociedad democrática y la necesidad de discutir las ideas, para lo cual propone el espacio de la fosa con las tribunas para oradores porque decía que es conveniente que existan 2 opiniones.

En todos los sitios se empleaba el hormigón en bruto. Si el resultado tiene un aspecto de ruina colosal, grave y digna es probablemente intencionado.
Una zona de equipamiento colectivo y servicios atraviesa la parte central de la ciudad conteniendo bancos, hoteles, la ciudad universitaria y el campo deportivo.
La red viaria principal, dispuesta sobre ejes ortogonales, subdivide a la ciudad en sectores rectangulares de 100 hectáreas cada uno, unidades vecinales (súper-manzanas) de unos 25.000 habitantes equipadas con todos los servicios básicos y atravesadas por áreas verdes.
Cada sector está subdividido en las 13 clases sociales según las que está ordenada la población local, que no obstante, disfruta de los mismos servicios públicos del sector.
A un lado coloca la zona industrial servida por autopistas.
En la organización de la trama Le Corbusier utiliza las vías vinculadas a velocidades: autopistas, avenidas y calles. Hace uso del principio de separación de velocidades, aislando el tránsito peatonal del vehicular. La red viaria está organizada según la teoría de las 7 vías.
Las vías V1, V2 y V3 son las veloces, de gran comunicación, pero lo que antes era una sola velocidad (V4), la del peatón, en Chandigarh se estructura en 4 velocidades:

· V4: paseos arbolados de peatones y bicicletas, o como él lo llama, vías parquizadas.
· V5: calles comerciales que atraviesan todos los sectores.
· V6: sendas en los sectores de viviendas.
· V7: sendas de acceso a las viviendas.

Probablemente Le Corbusier no estuviera hablando de diferentes velocidades para estos caminos peatonales. Parecería más bien un intento de recuperar la calle para el uso peatonal, cuestión que la naciente crítica de los arquitectos que formarían el TEAM X señalaban como una de las grandes carencias del urbanismo funcionalista.